Editorial

Un 28 de julio deslucido. La patria no tiene nada que celebrar.

Mucha fanfarria, despliegue de tropas, cornetas, bandas, y caballos, acompañando a una inquilina precaria de Palacio de Gobierno y resguardando que no le llegue ninguna manifestación de repudio popular, reducían la celebración patria a la formalidad de un ritual sin contenido, sin relación con el pueblo, con los pueblos. Vacío.

La excepción fue la misa y Te Deum con la que empezó el día la Sra Boluarte. En contra de lo que probablemente esperaban las personalidades que se han encaramado en el poder y no piensan dejarlo, el Arzobispo de Lima utilizó el púlpito de la catedral para recriminarles el no escuchar a su pueblo, como lo debiera hacer un gobernante legítimo. Un rictus de desagrado se dibujó en el rostro de la presidenta.

El resto de la jornada recuperó la formalidad vacía, con una comisión del congreso que tiene menos de 7% de aceptación, dirigiéndose a una presidenta que con las justas supera el 10% para invitarla al palacio legislativo a dar su discurso. Dos instituciones sin legitimidad intercambiando saludos y sonrisas. Sin legitimidad, pero con poder.

El congreso al que ingresaba Boluarte estrenaba mesa directiva, producto de la alianza entre el fujimorismo, que recupera el liderazgo de la derecha, y la bancada de Perú Libre, la misma que había llevado a la presidencia a Pedro Castillo, repudiado por sus ahora aliados. La alianza ha tenido, sin embargo, costos para Perú Libre: ya había perdido a los y las congresistas que han formado bancadas como Bloque Magisterial, Perú Democrático y Perú Bicentenario, y producto de esta alianza perdió a 5 más. ¿Que han ganado? Aparentemente, solo tener a Waldemar Cerrón en la segunda vicepresidencia, al lado de Nano Guerra García del fujimorismo en la primera, y a Rosselli Amoruz de Avanza País en la tercera vicepresidencia. Solo ellos saben que otras negociaciones ha habido bajo la mesa.

Los tres tienen, por supuesto, un presidente de Mesa Directiva, el Sr. Alejandro Soto Reyes de APP. Pero es probable que este no permanezca mucho en el cargo, ya que tiene graves denuncias por delitos de peculado, tráfico de influencias, falsedad genérica, estafa y otras. Digno representante de nuestro poder legislativo, una de sus primeras iniciativas ha sido presentar una iniciativa de ley de impunidad (perdón, inmunidad) para los congresistas, que le evitaría a él mismo -y por supuesto a sus colegas- los juicios que tiene pendientes.

Fue este personaje, como se ve, a la altura de la circunstancia, quien recibió a Boluarte y la invitó a dar su discurso.

Quizás lo más lamentable de este 202 aniversario de la patria fue precisamente el discurso. Tres horas de cifras desordenadas, varias falsas, de promesas, bonos, párrafos que se repetían. y graves omisiones, formaron el mensaje. Un mensaje inútil dese el punto de las necesidades del país, que solo sirvió para decir que la señora quiere quedarse hasta el 2026 y para decirle a sus aliados congresales que se quedan con ella -a quienes realmente dirigió el mensaje- que los va a apoyar en un proyecto de reelección bicameral, y que implementará un mecanismo peligroso, amenazante, de seguridad express.

En las calles, un numeroso grupo de ciudadanos y ciudadanas volvía a protestar dando continuidad a la gran marcha nacional del 19 de julio en todo el país. Pero no los escuchan. Ni a ellos ni al más de 80% de peruanos y peruanas que quieren que se vayan. Por el contrario, la señora sale del país inconstitucionalmente con la excusa de una cumbre amazónica en Brasil a pesar de que en sus 3 horas de discurso no hizo la menor alusión a los problemas ambientales y la destrucción del bosque amazónico. Viaja buscando superar un aislamiento internacional que es casi tan dramático como el interno, pero sin ningún compromiso con los temas ambientales materia del encuentro al que se dirige.

El congreso tampoco tiene la menor intención de cerrarse, aunque tres mujeres con enorme dignidad minoritaria (Ruth Luque, Susel Paredes y Sigrid Bazán) han presentado un nuevo proyecto de ley de adelanto de elecciones. Los y las demás, en cuanto terminaron los fastos de la celebración patriótica, volvieron a lo suyo: los pleitos por la presidencia de comisiones, la repartija de cargos, los conflictos por vocerías que siguen generando desavenencias y rupturas tras bambalinas. En medio de estos pleitos por prebendas, acaba de romperse también la bancada de Acción Popular. Pero todas estas bancadas están unidas en torno a una sola cosa: quedarse.

Cada día la ciudadanía constata que el Estado Peruano ha sido copado, capturado, por personas que no tienen la altura de la representación de la nación ni la capacidad para darle al país un buen gobierno.

Falta mucho probablemente para recomponer la política y lograr una democracia sólida, auténtica, que impulse la igualdad y el progreso de todos los rincones del país, y faltará mucho más si no comenzamos la tarea de crear vínculos y abrir debates.

Entre tanto, la patria no tiene nada que celebrar.