Piura, ¿qué hacer en el contexto actual?
Las sociedades como sus economías son dinámicas, heterogéneas y con diferentes velocidades de crecimiento, según las condiciones iniciales particulares, como diagnóstica Hausmann (2005) en el propósito de lograr el desarrollo [1], alineando sus objetivos en la procura del cierre de brechas entre “lo que deseamos” y “lo que tenemos” en su carácter multidimensional, lo que se aproxima ahora al enfoque normativo de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), que para el común de las personas se refiere más a lo que aspira en la idea de “prosperar” [2]; y más formalmente en que si logra mejorar los estándares de vida socialmente deseados y si la distribución es con justicia social.
La base que subyace en los enfoques diversos de desarrollo (neoclásico, sostenible o humano), como reconoce el propio Amartya Sen, está en el nivel de crecimiento económico (CE) que logre la economía, base material que permite atender las necesidades crecientes de una sociedad en el tiempo, de forma democrática, planificada estratégica y territorial, lo que en el país no ocurre de forma armónica por diversos factores, crisis económicas recurrentes, así como de tipo socio-políticas y ambientales como las que ahora venidos enfrentando, y que afectan la vida de la gente en el país y sus regiones.
La agricultura es particularmente importante, como problemática y alternativa en los contextos de crisis, por ser base de la seguridad alimentaria, de generación de empleo, divisas e ingresos, para casi un tercio de la PEA regional; en la región ella aporta al 8% al VBP (INEI, 2023), con la producción de alimentos e insumos para la cadena agroindustrial, y tiene función subsidiaria neta en economía. Las crisis que le impactan son de carácter estructurales y coyunturales, que limitan su producción y productividad y su aporte al valor añadido total, que finalmente la sumergen en condiciones de pobreza y pobreza extrema al grueso de la población rural, especialmente en una región que por predominio de las actividades primarias es rural en el 75% de sus distritos, y de trabajo principalmente independiente, ver Figura 1.
La economía piurana, de carácter primario exportador, basa su crecimiento en las condiciones de la agricultura; del análisis de la información legada por Seminario y Palomino (2022), se establece que Piura el PBI creció, promedio anual, en 0.9% entre 1900 y 2019, a diferencia de Lima que logra una tasa del 1.32%; por su parte el sector agrícola regional lo hizo en 2.61% entre 1900-1969, sustentado en cultivos industriales (algodón) y la tecnificación hasta antes de reforma agraria. En todo este periodo, aparece como factor recurrente el Fenómeno El Niño (FEN) y cada vez más intenso, y la escasa integración sectorial y bajo valor agregado y descapitalización del sector agrícola principalmente, que ha devenido en que la economía piurana que en hasta los 90 era la 2ª pasase a ser la 5ª en el último quinquenio, ver Figura 2.
El problema del desarrollo agrícola piurano, no sólo es cuestión coyuntural, por cambio climático (CC)o las crisis económicas sociales, sino fundamentalmente estructural. Por lo que este debe ser enfrentado en esa dimensión para delinear las acciones que reduzcan los efectos del clima (que vienen ya desde décadas atrás) y de las crisis recurrentes, articulando acciones de corto plazo con los objetivos de largo plazo. La Figura 3 muestra el crecimiento agrícola y las exportaciones que se incrementan a partir de la Ley de promoción agraria, derogada y no sustituida; y la Figura 4 que refleja el resultado de las políticas públicas que establecen ya efectos recesivos en ella desde el 2012, por errores en la política económica que no se han superado, además los efectos del FEN durante 2016-2017, y luego un marcado ciclo recesivo en IV-2021-III-T2022, registrando entre 1970-2019 una tcp trimestral de 0.75% del índice de actividad productiva (IAP).
Figura 01. Piura condiciones de ruralidad y escenario de PEA actividad independiente al 2018
Figura 2: Evolución y ranking del PBIpc 1900-2019 de Piura, Lima y el Perú (en dólares Geary-Khamis 1990).
Hay en estas condiciones preocupación por el impacto del CC y que se puede hacer para atenuarlos, en relación con el sector agrícola, principal fuente de absorción de empleo y de producción exportable no tradicional, pero también del impacto sobre la seguridad alimentaria en las zonas andinas y rurales de costa más pobres. Lo que se observa es una elevación de la variabilidad climática temperaturas máximas (TMáx) y mínimas (TMín) que trastocan los rendimientos de los principales cultivos. Correa y Suarez (2023) estiman que esta variabilidad climática en la zona andina muestra un crecimiento de la TMín de hasta 1.72 °C (Figura 5) ver estación de Huancabamba en la última década (2010-2019), en el caso de la TMáx, esta variabilidad alcanza en junio 2.4°C, comparadas con la base 1980-2009.
También refieren que hay un efecto negativo en la productividad por efecto del CC que entre 1974-2022, se afecta la producción y productividad de los cultivos de agroexportación 1.1% promedio anual (1975-2019), en lo que respecta, a los de la canasta alimentaria básica regional, se espera impactos mayores porque no hay asistencia técnica, ni los recursos para preverla. De la muestra de cinco cultivos analizados, dos de ellos exportables, café y cacao, y el maíz amiláceo, básico para la alimentación andina, retraen sus rendimientos, a tcpa de 1.1%, 1.0% y 0.3% respectivamente; además, se tiene una marcada correlación negativa de la TMín con los rendimientos del café y maíz amiláceo (ambos en zona andina).
Figura 3: Piura: VBP de la Agricultura, Exportaciones Totales y No Tradicionales 1970 -2019 (en US $)
Figura 4: Piura, variación del Índice de Actividad Productiva 2007.1 – 2023-2 (%).
En tanto, para el cultivo de exportación del banano, se registra una tendencia creciente del rendimiento (2.2%), y la papa (0.2%); sin embargo, es de advertir la vulnerabilidad de este cultivo ante las precipitaciones por las correlaciones negativas con su rendimiento, en mayor medida ante eventos de FEN extraordinarios y fuertes (1983, 1998, 2002 y 2017).
La pequeña agricultura, resulta más vulnerable ante situaciones de recesión y de cambio climático, ya que orienta el 57.7% de la producción de alimentos. La agricultura piurana, además, tiene fuertes restricciones en cuanto al tamaño de las unidades agropecuarias, donde el 90.4% son menores a las 5 ha., y el 96.7% son menores de 10 ha. (INEI-CENAGRO, 2012); donde estas unidades tienen apenas el 12.7% de la superficie agrícola, mientras que a nivel de país el indicador es de 9.5%.
Figura 5: Variación de la Temperatura Mínima (Tmin) 2010-2019 (normal = 1980-2009)
Figura 6: Variación de la Temperatura Máxima (Tmax)
A la fecha, la ocurrencia del FEN Global tiene mayores probabilidades de intensidad moderada a alta, el problema que nuevamente los tiempos están vencidos para obras de prevención, así como de asistencia al grueso de pequeños productores porque no se ha mejorado la gestión, ni esta tiene características de una gestión pública estratégica, mucho menos previsora y de calidad en el gato.
La corta ventana de tiempo que hay, impone medidas mixtas para atender a los productores agropecuarios y sus familias, vía insumos y/o dinero durante la emergencia, ni mucho menos posterior a ella, porque se carece de organización y de estadística para focalizar el gasto y la asistencia; que en el cortísimo plazo puede ser a través de bonos de ayuda monetaria, y en los casos extremos de pérdidas de producción con insumos, especialmente en la zona andina, la carencia de calidad estadística limita acciones para activar por ejemplo del seguro agrario en áreas de asociación productiva y vinculada a las exportaciones de pequeños y micro productores, caso del banano por ejemplo, o el mercado nacional.
La acción coordinada de las agencias públicas, podrían en este bimestre final comenzar a planificar las intervenciones y actividades cotidianas de los sectores para i) aliviar los impactos de las lluvias, con asistencia alimentaria, así como a mantener la vialidad entre los centros de producción y el mercado, y otras acciones de protección a la familia por perdida de medios de vida, para actuar inmediatamente ocurrido el daño, o aprovechar las oportunidades de tener agua y tierra fertilizada en áreas de secano aportando semillas y crédito asociativo con fines de atender al mercado en el corto plazo (frejol, maíz, frutas, etc.), promoviendo la asociatividad de los beneficiarios para conectarlos con el mercado, desde una organización de “defensa civil” subsidiaria que contribuya a revertir la pérdida de confianza en el Estado. Y, por último, considerar la mano de obra no calificada en las fases de emergencia, rehabilitación y obras de reducción de vulnerabilidad, mediante empleo temporal.
En el mediano y largo plazo, habrá que trabajar de forma más planificada y más institucional, orgánica y descentralizada, lo que demanda un nivel de organización interinstitucional (gobernanza ad hoc), en que se plantee como objetivos la reconstrucción, ya postergada por 6 años más los nuevos daños que genere el FEN Global, orientados a la reducción sostenible de la vulnerabilidad de la infraestructura agropecuaria, riego y aseguramiento de “nuevas” semillas y plantones resistentes a las nuevas condiciones de pluviosidad, temperaturas, máximas y mínimas, humedad, etc., pero también de promover el empleo, la diversificación y mejora de la productividad sobre la ventaja de la disponibilidad de los recursos.
Ello reitera el construir nuevas formas de trabajo público-privado, que sobre la confianza comunal-gobiernos locales, de acuerdo con la escala de las unidades agropecuarias de agricultura minifundaria y familiar en asocios; con el involucramiento de los niveles de gobierno más cercanos (subsidiaridad), que supere la actual parálisis de la gestión pública centralista y de acción contralora paralizante, que permita una recuperación sostenida de los pequeños agricultores, con asistencia técnica integral desde la producción hasta el mercado, pues el objetivo primordial ya que la gran agricultura y la de exportación, tienen sus propios mecanismos, a los que según el caso se debería facilitar las políticas de promoción temporal, y quedaría reponer condiciones normativas de la Ley de promoción agraria.
Avanzar hacia el aprovechamiento del territorio y las ventajas del capital natural, tierra, agua y clima para promover el desarrollo del sector en la región que pude llegar a totalizar cerca de 500 mil has, y 2 millones de empleos en el horizonte de los próximos 20 años, pero hay que comenzar ahora, con una inversión no menor a los 4 mil millones de dólares en el desarrollo de reservorios, dada la alternancia entre los ciclos de sequía largos y de FEN.
[1] El concepto de desarrollo en la literatura económica y sociológica es un concepto subjetivo (Seers 1969), al cual el mexicano Jorge Rionda (2012) define como “el crecimiento acorde a la aspiración de la sociedad en dar a cada quien lo que merece, de acuerdo a sus necesidades y capacidades, en un sentido democrático donde se asegure que nadie goce de privilegios, que todos tengan la misma oportunidad de participación, de realización, de elección, de decisión”.
[2] En una reciente conferencia de Rubén Garrido de la Universidad de Alcalá, en la Maestría de Biocomercio de la escuela de postgrado de la PUCP en agosto de 2023, que sintetizaba la idea de un nuevo paradigma teórico mucho más humanizado y un Estado moderno, en colaboración con el sector privado, de todas las escalas, que permitan reducir las desigualdades de causa y origen multidimensional, con solidaridad y responsabilidad de todos.
REFERENCIAS:
BCRP (s.f). Estadisticas. https://www.bcrp.gob.pe/estadisticas.html
Correa C. Humberto y Suarez G. Marvin (2023). Diagnóstico del impacto del cambio climático en la agricultura de Piura. Ponencia al 4° FORO DE DESARROLLO ECONÓMICO REGIONAL, del IPE, setiembre de 2023.
Hausmann, R., Rodrik, D., & Velasco, A. (2005). Growth Diagnostics. Recuperado de https://growthlab.cid.harvard.edu/files/growthlab/files/growth-diagnostics.pdf
INEI (s.f.): Boletines. https://m.inei.gob.pe/biblioteca-virtual/boletines/produccion-nacional-departamenal-9836/1/#lista
Seers, D. (1969). The meaning of development (Vol. IDS Communication 44). Institute of Development Studies 1969. Recuperado de https://opendocs.ids.ac.uk/opendocs/bitstream/handle/20.500.12413/14769/The_meaning_of_development.pdf?sequence=1 .